Hace 58 años, cuando medía 14×8 pulgadas, el disco duro, popularmente conocido como HD, cargaba con la responsabilidad de almacenar toda la información de un sistema.
Por eso, en lugar de tener una supertarjeta de vídeo, un procesador potente o mucho espacio de memoria, hay que invertir en un buen disco duro para almacenar estos recursos de forma segura.
El disco duro es clave para el almacenamiento de datos, es seguro y rápido para acceder a los datos almacenados. Tendemos a confiar en lo que conocemos, así que antes de saber cómo cuidar el disco duro, hay que saber cómo funciona.
¿Cómo funciona un HD?
El disco duro es un dispositivo mecánico y para entender cómo funciona es importante conocer sus componentes, que son: el disco o plato de grabación, la cabeza lectora, el brazo y el actuador.
Estas son las partes más importantes del disco duro. Veamos cada una de ellas por separado.
Disco o bandeja de grabación
En él se graba toda la información. Está hecho de aluminio y recubierto por ambas caras con un material magnético. Algunos discos duros pueden tener más de un disco, se colocan uno encima del otro pero no se tocan.
En el disco hay numerosas líneas, invisibles a simple vista, que actúan como «cajones» para almacenar información. La información se graba mientras el disco gira a una velocidad de entre 5.600 y 7.200 RPM. En algunos discos duros más avanzados, esta velocidad puede ser mayor.
El disco es extremadamente sensible, cualquier roce puede provocar la pérdida de datos, por lo que la alineación de las piezas debe ser perfecta.
Cabeza lectora
La cabeza lectora es responsable tanto de la lectura como de la escritura de la información. La cabeza lectora tiene que estar perfectamente alineada para no tocar el plato; los golpes y caídas en el disco duro afectan directamente a esta alineación, que es una de las principales razones de la pérdida de datos en el disco duro.
Para que se haga una idea de lo milimétricamente que hay que alinearlo, la distancia entre el disco de lectura y la cabeza lectora es inferior al grosor de un mechón de pelo.
Brazo
Se encarga de desplazar el cabezal de lectura por el disco. Su función es relativamente sencilla. Necesita moverse muy rápidamente.
Actuador
Se encarga de mover el brazo y mantenerlo alineado.
Pero, al igual que cualquier otro equipo, el disco duro debe conservarse y optimizarse. Hay que tener especial cuidado para minimizar el riesgo de que el dispositivo falle y el usuario pierda toda su información. Así que hemos enumerado 3 etapas en las que la gente tiene más dudas sobre cómo cuidar un disco duro, desde su compra hasta su uso:
Cuidado al comprar un disco duro
A la hora de comprar un disco duro, es habitual que los usuarios sólo presten atención a cuestiones como la marca y la capacidad de almacenamiento, pero la tecnología utilizada para fabricarlo dice mucho más sobre su rendimiento.
Si el disco duro no está basado en la tecnología actual, esto afectará a la velocidad, el rendimiento y la seguridad.
Por lo tanto, es esencial asegurarse de que el disco duro que va a comprar es compatible con su ordenador. Al fin y al cabo, de nada sirve tener un conector SATA de 6 Gbs si su PC no tiene una interfaz compatible.
La capacidad de almacenamiento o «tamaño» del disco duro es un factor importante, pero varía de un usuario a otro, ya que puede utilizarse para fines personales o profesionales.
Puede encontrar desde discos duros de 160 Gb con capacidad para almacenar unos 30.000 mp3, 235 películas y 800.000 fotos, hasta discos duros de 1.500 Gb (1,5 Terabytes).
Siguiente punto: la velocidad. Este es un tema que pocos entienden, ¡pero muchos quieren entender!
Un disco duro tiene uno -o varios- platos -donde se almacena la información- que giran bajo un eje y un cabezal de lectura. Cuanto más rápido gira el motor, más información puede leerse y escribirse en menos tiempo.
El término RPM, ampliamente utilizado, significa «revoluciones por minuto» (del plato), por lo que si realmente necesita velocidad, ya puede encontrar en el mercado discos duros de hasta 10.000 RPM.
Cuida la salud de tu disco duro
El polvo es uno de los mayores enemigos de los discos duros. Una mota de polvo puede destruir la superficie de los discos cuando funcionan a gran velocidad, por lo que un buen consejo es utilizar fundas protectoras al manipular la máquina.
La temperatura es otro factor preocupante. Las altas temperaturas pueden provocar fallos, paradas inesperadas, degradación física e incluso pérdida de datos.
Generalmente, la temperatura máxima ronda los 60 grados, pero es imprescindible leer el manual para conocer las cifras exactas de cada uno.
Evite los impactos. Como hemos explicado antes, el disco duro está formado por discos que giran y un cabezal que se mueve desde el centro hacia el borde, es decir, este hardware tiene partes móviles, lo que lo hace extremadamente sensible.
Una caída o un impacto podrían hacer que estas piezas chocaran entre sí o se rompieran, pudiendo causar daños irreversibles. El consejo es tener mucho cuidado al transportar la máquina y, al manipularla, mantenerla siempre sobre una superficie acolchada.
En el caso de los discos duros externos, es realmente necesario llevar a cabo el procedimiento de «extracción segura del hardware» antes de retirarlo del puerto USB del ordenador.
Esto evita que el disco se extraiga durante una operación de escritura y, por ejemplo, corrompa tablas y archivos, con la consiguiente pérdida de información.
Muchas otras precauciones son importantes, pero para terminar con las principales, teníamos que hablar de las copias de seguridad.
Este método preventivo consiste en replicar los datos del sistema en otro dispositivo, y es de suma importancia ya que protege la información de posibles incidentes en el entorno virtual o físico. Las rutinas de copia de seguridad pueden realizarse de forma manual, utilizando el típico «CtrlC/CtrlV», o de forma automatizada.
Puedes guardar los archivos en la partición del disco duro independiente del sistema, en la propia máquina o en un soporte externo.
Cuidado al recuperar datos del disco duro
Cuando ya no puedas acceder a la información y te des cuenta de que tu disco duro está dañado, lo ideal para recuperar el disco duro sería tener una copia de seguridad, conectar el nuevo soporte al ordenador y recuperarlo todo de forma rápida y sencilla.
Pero la realidad es que mucha gente sigue confiando en la suerte y sólo toma precauciones una vez que se ha producido el desastre. Y entonces lo ideal es tomárselo con calma y ser lo menos invasivo posible para no causar más estrés al equipo.
Antes de recurrir a un programa de internet, ya sea de pago o gratuito, es importante tener en cuenta que no ofrecen ninguna garantía de recuperación de datos y que, si eres un usuario profano, no sabrás identificar el programa ideal entre tantos, y mucho menos la empresa que está «detrás» de él -si es que existe-.
Así que la única alternativa es buscar enseguida una empresa especializada.
Una empresa de recuperación de datos actúa literalmente como una clínica de discos duros, ya que cuenta con técnicos, un entorno climatizado e higienizado, hardware y software, por no hablar de un stock de equipos para casos de emergencia.
Todo ello con el fin de tratar adecuadamente el aparato, restablecer su salud y prolongar su vida útil.
Conclusión
Ahora ya sabes un poco más sobre los cuidados que debes tener con tu disco duro, así como un poco más sobre sus componentes y cómo funcionan.
Por supuesto, incluso con todas estas precauciones, el disco duro puede dejar de funcionar y, si esto ocurre, necesitará la ayuda de una empresa especializada en recuperación de datos.
Ahora que ya sabes lo frágiles que son los discos duros, toma todas las precauciones que hemos mencionado anteriormente para que tu disco duro dure mucho tiempo y no tengas que pasar por el dolor de cabeza de la pérdida de datos.
Pero en caso de pérdida de datos, puede contar con Digital Recovery para recuperarlos de forma segura y rápida.
Si tiene alguna duda, hable con nuestros expertos, estamos disponibles todos los días y podemos ayudarle.
